Noviembre 2023

Personalidades, movimientos ciudadanos, grupos de paz y derechos humanos, y personas comunes y corrientes de todo el mundo exigen un alto el fuego inmediato en Gaza e Israel. A medida que el movimiento de protesta contra la guerra cobra fuerza en todo el mundo, mostramos nuestro apoyo a todos los esfuerzos para lograr el fin de las hostilidades, para evitar una catástrofe humanitaria mayor y una mayor pérdida de vidas inocentes. Todas las partes deben respetar el derecho internacional y aceptar a las Naciones Unidas como representantes de la voluntad colectiva de la humanidad de asegurar la supervivencia de la región y del planeta.

La comunidad mundial comprende que el último giro horrendo ocurrido en la escena mundial es una prueba importante: un desafío a nuestra humanidad, a nuestra capacidad de superar el sectarismo, a abrazar a todos y, al hacerlo, “mantengamos nuestros ojos en el premio que es la humanidad”.

El mundo está profundamente preocupado por los excesos del conflicto palestino-israelí, que rápidamente ha degenerado en una crisis humanitaria sin precedentes y en la perpetración de crímenes de guerra contra civiles. Al mismo tiempo, La humanidad se encuentra en una encrucijada y debe escoger: entre la separación, la guerra y las formas divisivas del pasado, o por la justicia, la paz, la cooperación y el compartir, y renunciar a cualquier anhelo de venganza. La conflagración actual debe verse en el contexto de la injusticia y la opresión continuada del pueblo palestino, década tras década desde mediados del siglo XX.

La división y el odio están floreciendo, alimentados por la propaganda y la manipulación. El nacionalismo, el extremismo y el fascismo de toda índole han generado nociones de separación, de ‘nosotros’ versus ‘ellos’. Esas actitudes deben abandonarse porque no tienen cabida en un mundo en el que sabemos que somos una humanidad en un planeta. Los líderes políticos están condicionados por modos de pensar obsoletos. Sus intereses territoriales y sus juegos de poder político no hacen más que agravar la conflagración, que tal vez no puedan contener. Deben realizarse todos los esfuerzos posibles para poner fin a esta situación tan peligrosa y que no se expanda a otros países.

Maitreya

Benjamin Creme comentó en varios de sus libros, en la revista Share International y en respuestas a preguntas que, si bien se debe buscar una solución y una reconciliación, “se necesitará a Maitreya para lograr esta reconciliación”.

La siguiente respuesta a una pregunta ilustra su pensamiento sobre este tema:

Usted ha dicho que una de las prioridades de Maitreya sería encontrar soluciones al conflicto en Oriente Medio, y que no se resolvería hasta que Él se haya realmente presentado. ¿Es eso debido a que los diferentes pueblos involucrados en Oriente Medio (musulmanes, judíos, cristianos), responderán a Él como su Instructor del Mundo, y reconocerán que Él ha venido para todos ellos, y que su separatismo comenzará a cambiar desde esa respuesta?

BC: Los fundamentalistas de todas las religiones probablemente serán las últimas personas en reconocer y responder a Maitreya, pero finalmente lo harán.

El problema palestino/israelí que es central para los problemas de Oriente Medio, creo que sólo se resolverá a través de la acción de Maitreya. Pero incluso Maitreya no puede imponer una solución, Él sólo puede aconsejar. Pero Su aceptación por incontables millones de personas en el mundo como un instructor espiritual y guía facilitará a los más fanáticos judíos israelíes o musulmanes palestinos aceptar la necesidad de vivir juntos uno al lado del otro. Esto sólo puede tener lugar cuando se haga justicia con los palestinos. Cuando se haga justicia, y se considere hecha, total y completamente, entonces la solución será aceptable por los musulmanes, e, incluso a regañadientes, por los israelíes. Tienen que finalmente aprender a vivir unos al lado de los otros y sólo podrán hacerlo en un estado de justicia. De otra manera habrá inevitablemente una guerra perpetua entre ambos.

A menos que se resuelvan los problemas de Oriente Medio nunca habrá paz en el mundo y sabemos, que si no hay paz, entonces el futuro de la humanidad será realmente muy desolador. Los musulmanes esperan al Imán Mahdi, y los judíos esperan al Mesías, y muchos estarán dispuestos a reconocer a Maitreya como tal. Esto, estoy seguro, suavizará su postura en relación al otro.

Pero lo importante es que se haga justicia con los palestinos. Cisjordania fue obsequiada por el fallecido Rey Hussein de Jordania como tierra natal para los palestinos y eso significa toda Cisjordania, no la fracción que fue ofrecida a los palestinos hasta ahora. Requiere el regreso de los 4,7 millones de refugiados, principalmente del Líbano, a su tierra natal, y que el estatus de Jerusalén, que es de gran importancia para los musulmanes, judíos y cristianos, se cambie a una ciudad abierta y central para los tres grupos. Creo que se necesitará a Maitreya para lograr esta reconciliación, pero así será.

Presentamos una selección de textos basados en las Enseñanzas de Maitreya y los escritos de Benjamin Creme y su Maestro, que brindan una idea de cómo el fracaso de la comunidad internacional, hasta ahora, a la hora de encontrar una solución al problema palestino-israelí ha influido en la horrible guerra de hoy. Los textos aquí seleccionados arrojan luz y brindan esperanza en un momento de extrema inestabilidad y conflicto.

La voz del pueblo

En todo el mundo, cada vez más personas se expresan y se reúnen para protestar por el enfoque sesgado de una situación antigua y sumamente compleja. Personalidades, grupos de derechos humanos, organizaciones de ayuda, movimientos ciudadanos, y personas comunes y corrientes de todo el mundo, están pidiendo un alto el fuego inmediato, pero en algunas de las democracias modernas del mundo, conocidas históricamente como paladines de la libertad y la igualdad, las protestas públicas se ven obstaculizadas e incluso prohibidas, en un momento en que la voz del pueblo debería escucharse y debe desempeñar un papel crucial. Un gran número de personas comunes y corrientes quieren ver un fin inmediato a esta destrucción inútil: por el bien de la humanidad, nuestro futuro y nuestro planeta. Nuestro futuro colectivo depende de nuestra elección. El compartir y la justicia social son claves para resolver este y todos los demás conflictos.

 

Una selección de artículos del Maestro de Benjamin Creme

La necesidad de acción

(Share International, Noviembre 1990)

La paz es el resultado del equilibrio, cuya ausencia garantiza el conflicto y la guerra. El logro del equilibrio requiere el reconocimiento de que todo es interdependiente, pueblos y naciones, y que las necesidades de todos puedan ser satisfechas con un justo compartir. Hasta que esa comprensión no surja y sea seguida por la acción, conoceremos un mundo inestable.

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Oriente Medio

(Share International, Mayo 1991)

La comunidad internacional debe aceptar la responsabilidad de mantener la paz y la prosperidad en la región, debe emplear su recién descubierta autoridad para llevar a la mesa de negociaciones a los representantes de los diversos pueblos, y debe garantizar la ejecución de los acuerdos alcanzados que resultarían de negociaciones serias.

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Ayudar a la causa de la paz

(Share International, Julio/Agosto 2003)

Las Naciones Unidas deben ejercer toda la presión posible tanto a Norteamérica como a Israel, haciendo frente a la superpotencia y ayudando a la causa de la paz. Los pueblos del mundo ya están manifestándose. Ellos deben alzar sus voces y demandar que la paz sea de ellos. Ellos son los herederos del futuro y deben modelarlo en paz.

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Transformad la marea de odio

(Share International, Noviembre 2001)

Reunid a todas las partes en torno a los problemas que subyacen a estos actos. Absteneos de una venganza desesperada y abrid la puerta al diálogo. Haced un esfuerzo sincero de comprender las quejas de incontables millones de personas y ayudad a transformar sus vidas y mentes. Ya no pueden los ricos imponer su voluntad sólo con la riqueza y las armas; el compartir de los recursos es inevitable como la única forma de justicia y paz.

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La oscuridad antes del amanecer

(Share International, Enero/Febrero 2001)

El trastorno y amenaza actuales no son sino el preludio de una nueva era de esfuerzo cooperativo pacífico para corregir los errores del pasado; para crear justicia entre las naciones; para resolver antiguas disputas y para defender la ley internacional. Cuando los hombres miren atrás a esta época la verán como la noche oscura que precede al más claro amanecer y estarán contentos de haber vivido en este período extraordinario.

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La elección final

(Share International, Julio/Agosto 2004)

La mayoría de los hombres están cansados de la inutilidad de la guerra, y buscan estrategias para poner fin a tal locura para siempre. En sus corazones arde la esperanza de un nuevo tiempo de paz y progreso para todos. Estas personas, en todos los países, representan la esperanza del mundo.

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La inutilidad de la guerra

(Share International, Diciembre 2006)

Las personas mismas están comenzando a desempeñar su papel. A través de las urnas y las manifestaciones están haciendo oír sus voces, haciendo conocer sus exigencias por la paz. Desde este punto no hay retorno. Las personas están percibiendo su poder y están llegando a comprender que ellas deben hacer la paz que todos desean, y que sólo cuando la justicia reine con la libertad la bendita paz estará asegurada.

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Las formas del Nuevo Tiempo

(Share International, Mayo 2011)

Los jóvenes en particular están percibiendo la necesidad de un nuevo tipo de mundo, uno que les permita desarrollarse y expresarse, libres de los viejos dogmas de sus mayores. Lo que estamos presenciando es nada más y nada menos que un renacimiento de los jóvenes de la Tierra, liberándose de la tiranía del odio y la guerra, la intolerancia y la separación. Nada puede durante mucho detener su progreso. Éste es el Nuevo Tiempo y los jóvenes están examinándose en la lucha por una nueva vida.

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La necesidad de acción
Por el Maestro —, a través de Benjamin Creme

Share International, Noviembre 1990


Muchas veces antes he hablado de la necesidad de acción para realizar los planes y sueños de los hombres de una vida mejor para todos. Como Maitreya ha dicho: “Nada ocurre por sí mismo; el hombre debe actuar para realizar su voluntad.”* Teniendo en cuenta esto, observemos los problemas que más demandan atención e intentemos arrojar algo de luz sobre su solución.

El problema más importante que espera una resolución es el de lograr una paz justa y duradera. Sin paz, hoy, no habrá futuro para la raza. Las naciones, incluso ahora, están avanzando lentamente hacia esta meta, pero ciertos requisitos básicos han de cumplirse antes de que la verdadera paz pueda asegurarse.

En primer lugar, la verdadera paz depende de la confianza que surge únicamente cuando la Ley de la Justicia se cumple. La amplia y gran brecha entre los estilos de vida de los ricos y los pobres, nacionalmente y entre las naciones, es, hoy, el mayor obstáculo para el logro de la paz. Las ideologías divergentes juegan su parte divisoria pero este factor está disminuyendo en potencia. Más importante, por mucho, es la arraigada complacencia y avaricia del mundo desarrollado.

La paz es el resultado del equilibrio, cuya ausencia garantiza el conflicto y la guerra. El logro del equilibrio requiere el reconocimiento de que todo es interdependiente, pueblos y naciones, y que las necesidades de todos puedan ser satisfechas con un justo compartir. Hasta que esa comprensión no surja y sea seguida por la acción, conoceremos un mundo inestable. Mientras la mitad del mundo continúe hambrienta y anualmente millones se mueran de hambre, la verdadera paz seguirá siendo un sueño.

La actual crisis en Oriente Medio ha mostrado claramente a los gigantes industriales la insensatez de vender armas a naciones que están emergiendo. Irak no es más que uno de los muchos países cuyas ambiciones han sido fomentadas por este cínico comercio. No se puede permitir que las fábricas de Occidente prosperen manteniendo los regímenes de tiranos y reaccionarios por todo el mundo.

Los acontecimientos en el Golfo Pérsico han centrado por fin la necesidad de una solución integrada a los problemas de esa región. Ninguna resolución de la situación actual es posible sin un acuerdo Árabe-Israelí, ni un final a la amarga enemistad que está supurando allí desde la fundación del Estado de Israel. El pueblo Palestino debe tener, y tendrá, su patria. Nada menos puede satisfacer las aspiraciones legítimas de ese grupo que ha sufrido durante tanto tiempo, y nada menos traerá un fin a las recurrentes crisis que han mantenido la tensión, y por tanto amenazado la paz mundial, durante tanto tiempo.

Los acontecimientos se están sucediendo rápidamente. Si los líderes aprovechan esta oportunidad actual y, con sabiduría, adoptan la visión a largo plazo y detienen su intervención militar, el mundo podría ver emerger el fin de la hostilidad y la guerra, una justa redistribución de los recursos, y una nueva y más sana relación entre las naciones.

Para esto Maitreya ha trabajado duramente y durante mucho tiempo, aconsejando a los principales protagonistas en las diversas crisis según han ido surgiendo, buscando dotarlos con Su discernimiento y amplia visión. La respuesta gradual de ellos a Sus esfuerzos Le permite presentarse abiertamente ante el mundo lo más pronto posible.

(* Mensaje de Maitreya Nº 31)

Oriente Medio
Por el Maestro —, a través de Benjamin Creme

Share International, Mayo 1991


Los recientes acontecimientos en Oriente Medio han centrado de una nueva manera la atención mundial en esa zona problemática. Han desaparecido las suposiciones que, si se dejan solos, los muchos problemas de allí se arreglarán por sí mismos o se irán; de que el conflicto y la división son endémicas y, si se contienen, no tienen mucha importancia, y que nada puede hacerse por esta parte del mundo histórica y estratégicamente importante.

La naturaleza y los adelantos técnicos de la guerra moderna han cambiado tal pensamiento y están conduciendo a un reajuste del papel que las Naciones Unidas podrían jugar en ese escenario. Por primera vez, la posibilidad de una zona no nuclear en Oriente Medio está recibiendo una seria atención. También, por primera vez, una solución justa y final al conflicto israelí/palestino se ve de máxima importancia en muchos lugares, mientras que un nuevo apremio puede oírse en las voces de aquellos que demandan reformas democráticas.

Aquí yace el desafío y la oportunidad para la comunidad de naciones de abordar estos diversos problemas con energía y sabiduría. Han desaparecido los días cuando el laissez-faire bastaba para mantener bajo control las muchas facciones e intereses enfrentados que luchaban por la supremacía. La comunidad internacional debe aceptar la responsabilidad de mantener la paz y la prosperidad en la región, debe emplear su recién descubierta autoridad para llevar a la mesa de negociaciones a los representantes de los diversos pueblos, y debe garantizar la ejecución de los acuerdos alcanzados que resultarían de negociaciones serias.

Sólo así se encontrarán soluciones duraderas y justas y se restablecerá la paz verdadera. El momento es propicio para tal acción. Ha llegado el momento de despejar para siempre las oscuras nubes que, durante muchos años, han amenazado la paz mundial y que, hoy, oscurecen literalmente el sol.

Alcanzar semejantes acuerdos y llevar a cabo tal acción no será fácil; no hay preparadas soluciones sencillas a mano. Mucho dependerá de la disponibilidad de los diversos contendientes para mirar con realismo a las perspectivas de futuro de la región sin que tengan lugar cambios de enfoque de gran alcance. Un futuro amargo y espantoso, de hecho, seguiría a su rechazo de abordar los problemas con sabiduría y buena voluntad.

No está lejos el momento en que mentes más sabias que las que ahora tratan de resolver la situación puedan ofrecer Su consejo. La mano largamente retenida de la Jerarquía, pronto podrá extenderse abiertamente para ayudar. Teniendo en cuenta esto, podemos mirar con más esperanza hacia el futuro de esta parte del mundo que ha sufrido durante tanto tiempo y ver una nueva luz dispersar las oscuras nubes de odio y guerra.

En las últimas semanas, el Maestro Jesús se ha aparecido en visiones a soldados de ambos bandos contendientes, reclamando cada uno Su aparición como una bendición a su causa. Pronto, el mismo Maitreya se aparecerá a muchos y ofrecerá Su asistencia. Su orientación, si se sigue, conducirá al mundo de nuevo a la cordura y la seguridad, y abrirá el camino para la demostración, en Oriente Medio, de la legítima fraternidad de aquellos que ahora están divididos y enemistados.

Ayudar a la causa de la paz
Por el Maestro —, a través de Benjamin Creme

Share International, Julio/Agosto 2003


Es frecuentemente el caso que, al actuar por lo que ellos ven como el bien del mundo, los países provocan estragos a una escala mundial. Tan densas son las brumas del espejismo que rodean sus acciones, tan ilusorio es su pensamiento, que mucho daño puede infligirse, y mucho dolor y sufrimiento causarse, por las mejores razones.

Así es ahora. En tiempos recientes, EEUU, bajo el lema de ‘la guerra contra el terrorismo’, ha invadido Afganistán e Irak, causando miles de muertes civiles y gran daño físico a sus infraestructuras. Los talibanes, fanáticos y rígidos pero, en general, no involucrados en terrorismo, están dispersos pero ahora se están reagrupando, entrenándose en las técnicas del terror. En Irak, Saddam Hussein ya no está, pero un terrible legado de privación y sufrimiento, anarquía y caos, ha reemplazado a su siniestro régimen.

Ahora la atención de la administración norteamericana se ha vuelto hacia Siria, Irán y Corea del Norte; han sido advertidos de que o cambian o se enfrentarán a la ira y poderío de los defensores de la ‘paz’, y paladines de la ‘libertad’ en el mundo.

Así Norteamérica hunde al mundo en la atmósfera de tensión y temor, y así estos causan las epidemias y desastres naturales, que, a su vez, sirven para incrementar el temor y la tensión.

¿Qué puede hacerse para estabilizar esta peligrosa situación? ¿Cómo pueden las naciones controlar a Norteamérica? ¿Con qué medios pueden las personas normales y corrientes hacer valer su peso? Estas son las grandes preguntas y, realmente, no tienen respuestas sencillas. Requieren una sabiduría de un orden excepcional y un enfoque coordinado.

En primer lugar, el mundo debe comprender la verdadera naturaleza del problema: EEUU ahora está liderado por hombres que responden a una energía vil que insta sus acciones y pone la paz en peligro. Estimula su espejismo de poder a escala internacional, y amenaza la paz del mundo. Tiene avanzadillas en Israel y Europa del Este, siendo Israel el foco principal. Su energía destructiva deriva, aunque en una potencia reducida, de aquella que hundió al mundo en una guerra caótica durante el siglo xx y que, los hombres pensaron, había enterrado de manera segura.
Puede verse, por tanto, cuán necesario es que haya paz en Oriente Próximo; cuán necesario es que los palestinos tengan verdadera justicia y una patria viable. Éste es el principal problema al que se enfrentan los hombres hoy. La incapacidad de resolverlo sería desastroso para el mundo.

Se necesitarán los recursos combinados de sabiduría y voluntad de la Jerarquía y los hombres para superar, finalmente, esta fuerza maligna. Una clara comprensión por parte de los hombres de la verdadera naturaleza de la amenaza es así imperativa. Los hombres deben organizarse y actuar al unísono. Deben pedir el fin de la opresión del pueblo palestino y así poner fin al temor que persigue al pueblo de Israel. Las Naciones Unidas deben ejercer toda la presión posible tanto a Norteamérica como a Israel, haciendo frente a la superpotencia y ayudando a la causa de la paz. Los pueblos del mundo ya están manifestándose. Ellos deben alzar sus voces y demandar que la paz sea de ellos. Ellos son los herederos del futuro y deben modelarlo en paz.

Nosotros, los Maestros, vuestros Hermanos Mayores, haremos Nuestra parte pero Nos vemos impedidos por vuestra falta de comprensión y voluntad. Por ello estas palabras.

Actuad sin temor. Sed sabios y diligentes en vuestras acciones y todo irá bien.

Transformad la marea de odio
Por el Maestro —, a través de Benjamin Creme

Share International, Noviembre 2001


Un periodo de crisis ha descendido sobre el mundo, uno que unirá a muchas naciones de una nueva forma. El temor mutuo por el terrorismo ha conseguido lo que de otra manera hubiera tardado años de paciente esfuerzo conseguir. Incluso más sorprendente, las razones del terrorismo –el dolor, el resentimiento, la frustrante desesperación de millones de personas en Oriente– están comenzando a clarificarse para muchos norteamericanos, permitiéndoles tener una visión más amplia de los recientes sucesos, y pedir prudencia de la respuesta. Sobre todo, un nuevo espíritu de cooperación se está haciendo sentir, un nuevo sentido de responsabilidad está surgiendo en las mentes de muchos, en Oriente y Occidente.

Así este terrible ataque, que mató y mutiló a tantas personas de golpe, ha encendido los fuegos del cambio tan necesarios en este mundo, y ha forzado a las manos que les retenían. De este crimen brutal podría surgir, por tanto, una mayor comprensión de las necesidades de hombres y mujeres de todas partes por justicia y libertad y del imperio de la ley.

Por los estándares aplicados por los hombres, esta tragedia ha forzado a las principales potencias a congregar su poderío militar y contraatacar en defensa propia. Mucho mayor, con mucho, sería la sabiduría de abrir totalmente los graneros y bancos, para mostrar una comprensión del problema, y el deseo de enmendar. El apaciguamiento no es la respuesta pero tampoco lo es la guerra.

Sólo a través de un juicio justo y abierto ante el mundo puede la inocencia o culpabilidad de los hombres ser conocida. Sólo con la aceptación de cierta responsabilidad de las condiciones que llevaron a hombres a estos actos de barbarie podrían estas superarse. Los hombres que no tienen nada que perder dan poco valor a las vidas de otros o a las propias.

El consejo, por tanto, que Nosotros, vuestros Hermanos Mayores, extendemos a los hombres es éste: reunid a todas las partes en torno a los problemas que subyacen a estos actos. Absteneos de una venganza desesperada y abrid la puerta al diálogo. Haced un esfuerzo sincero de comprender las quejas de incontables millones de personas y ayudad a transformar sus vidas y mentes.

Ya no pueden los ricos imponer su voluntad sólo con la riqueza y las armas; el compartir de los recursos es inevitable como la única forma de justicia y paz.

Aprovechad, ahora, esta oportunidad de corregir los errores del pasado, y eliminad para siempre el cáncer del terror y del agravio.

Maitreya observa detrás de los bastidores esperando el momento para emerger. Su gran corazón libera el amor que reconforta y protege a todos los que pueden responder; Su mano alzada bendice a todos los que se acercan.

Tomad esto, Su amor, y transformad la marea de odio.

La oscuridad antes del amanecer
Por el Maestro —, a través de Benjamin Creme

Share International, Enero 2001


Recientes acontecimientos en Oriente Medio y otras áreas han mostrado, una vez más, cuán precariamente equilibrada está la paz, que flor tan delicada y vulnerable es todavía. En ninguna parte, parecería que han crecido sus raíces profundamente; en ninguna parte, parecería, que los hombres han atendido cuidadosamente su temprano crecimiento. La radiante promesa del año que ahora ha terminado parece nublada y cargada de peligro y destrucción. ¿Cómo explicar tal dramático cambio?

Los hombres tienden, en medio de un cambio semejante, a ver cada suceso como actos separados, no relacionados que, multiplicándose fuera de su control, amenazan su misma existencia. La realidad es algo diferente.

Todo cambio proviene de la respuesta a la energía, y hoy, como nunca antes, el hombre se encuentra bombardeado por poderosas fuerzas, nuevas y desconocidas, con las cuales ha de enfrentarse. De que se las está arreglando razonablemente bien no hay duda. A pesar de todas las apariencias, el hombre está mejor equipado para usar estas fuerzas que hasta este momento pero, por ahora, estos desacostumbrados estímulos le empujan a realizar acciones precipitadas o torpes, cuyos resultados no puede siempre prever. Tan poderosas y omnipresentes son estas nuevas energías que es inevitable un período de lento ajuste.

Estamos siendo testigos simultáneamente del renacimiento de la esperanza y la libertad a escala masiva y de los últimos esfuerzos del viejo orden para restablecerse en contra de la marea de la evolución. La nueva era está en camino y nada puede frenar su progreso, pero el hombre mismo determina la velocidad y facilidad o cualquier otro aspecto de ese movimiento hacia delante.
Nuevas fuerzas se están reuniendo para evitar una guerra desastrosa. Sabios hombres de muchos países hacen oír sus voces y están reclamando conversaciones para evitar tal insensatez. A través de ellos Maitreya guía así las acciones de los hombres desde detrás de la escena; Su inspiración conducirá a las naciones lejos del abismo. Así será. Y así los hombres llegarán a comprender la santidad de la paz, la necesidad de justicia, la belleza del principio de la ley.

Cada día que pasa acerca más el Día de la Declaración cuando Maitreya aparecerá abiertamente ante todo el mundo. En ese gozoso día la alegría compartida de hombres y mujeres en todas partes transformará el actual panorama cubierto de inquietud y miedo.

El trastorno y amenaza actuales no son sino el preludio de una nueva era de esfuerzo cooperativo pacífico para corregir los errores del pasado; para crear justicia entre las naciones; para resolver antiguas disputas y para defender la ley internacional.

Cuando los hombres miren atrás a esta época la verán como la noche oscura que precede al más claro amanecer y estarán contentos de haber vivido en este período extraordinario.

El mundo espera al Instructor. El Instructor espera Su oportunidad para emerger y, en plena visión, enseñar y servir.

La elección final
Por el Maestro —, a través de Benjamin Creme

Share International, Julio 2004


Cuando la humanidad vea, al fin, la locura de su actual fascinación con la violencia y la guerra, y descarte los medios para llevar a cabo sus actos de violencia, experimentará una extraordinaria transformación. Las primeras señales de este tan bienvenido cambio en el comportamiento humano pueden verse en millones de personas que ahora se manifiestan denunciando la guerra y pidiendo justicia y paz. Estas manifestaciones, espontáneas y mundiales, son una indicación segura de que la humanidad está preparada a renunciar al pasado, y, cuando sea conducida apropiadamente, a cambiar de dirección. Este momento se acerca rápidamente.

En medio del trauma y las condiciones estresantes del presente, una nueva visión del futuro se está presentando a los corazones y mentes de millones de personas que, en mayor o menor grado, responden. Los hombres están despertando a la necesidad de paz si la humanidad quiere sobrevivir. Pocos hay que dudan de esto en sus corazones, por mucho que podrían estar implicados en la guerra. El marco está así creado para la elección final ante la humanidad.

Para el espectador medio, el mundo está rasgado y dominado por aquellos que no comparten la visión de paz, que sólo ven oportunidades para la riqueza y el poder en cada conflagración. Aunque estos son muchos, la mayoría de los hombres están cansados de la inutilidad de la guerra, y buscan estrategias para poner fin a tal locura para siempre. En sus corazones arde la esperanza de un nuevo tiempo de paz y progreso para todos. Estas personas, en todos los países, representan la esperanza del mundo.

Es a ellos a quienes Maitreya se dirigirá en Su emerger. Es a ellos a los que Él presentará la visión del futuro, incluso ahora. Ellos, en sus muchos millones, responderán rápidamente a Su defensa, y encenderán la esperanza de todos.

Así Maitreya persuadirá a los hombres que más conflicto temerario es inútil y peligroso. Que los problemas de hoy son globales y no pueden resolverse con la guerra. Que sólo la cooperación traerá a los hombres paz y abundancia. Que sólo como hermanos, mano con mano, podrán entrar en el nuevo mundo que espera de su cuidado.

Así los hombres decidirán, y volverán la espalda al abismo. Así demostrarán su elección por la vida y la felicidad, y, con ojos encendidos de esperanza, comenzarán juntos la labor de reconstrucción del mundo.

El momento de decisión está cerca, casi sobre nosotros. Maitreya está preparado, impaciente de mostrar el camino, indicar la nueva dirección. Millones de personas esperan Su consejo e inspiración, sabiduría y amor. Maitreya garantizará el futuro para todos.

La inutilidad de la guerra
Por el Maestro —, a través de Benjamin Creme

Share International, Diciembre 2006


Cuando los hombres emprenden la guerra, ellos ponen en peligro no sólo sus vidas y las de los demás, sino también el bienestar del planeta del cual dependen para la misma vida. La Tierra es saqueada temerariamente por los metales de todo tipo utilizados en la munición de muerte. No se piensa en las necesidades de las generaciones futuras que también tienen el derecho a la abundancia del planeta. Incontables millones de toneladas de hierro retorcido y oxidado adornan los ‘teatros de la guerra’ donde los hombres representan su pompa mortífera. Los hombres no pueden ver, ni incluso imaginar, la devastación causada a sus cuerpos sutiles por interminables horas de bombardeo. Los niveles sin precedentes de ruido rompen y trituran estos velos sensibles. La estructura humana no está construida para tal abuso. Así se infligen a sí mismos un daño irreparable. ¿Cuánto tiempo llevará, por tanto, a los hombres comprender la inutilidad de la guerra? La guerra no resuelve problemas, sólo crea caos, y detiene el progreso del hombre.

Algunos, pocos, hombres, debe decirse, disfrutan del acto de la guerra. Es, para ellos, un acto de valor, una prueba de su voluntad y destreza, pero principalmente, en la actualidad, los hombres son atraídos a la guerra por razones ideológicas, por la causa. Por eso son los líderes de las naciones los que sostienen las riendas del poder, quienes legislan por la guerra o por la paz. Ellos deben escoger cuidadosamente para asegurar un mundo pacífico.

Mucha consideración debe darse actualmente a este problema. Sucesos recientes en Oriente Medio han demostrado cuán sencillo es transgredir el imperio de la Ley y dejar que el caos corra a sus anchas. Rectificar la trasgresión y conseguir la resolución es algo bastante distinto.

Maitreya observa estos sucesos con cuidado. Él calcula precisamente las tensiones y su relajación mientras tienen lugar y busca siempre establecer el equilibrio. En este sentido, las energías del Espíritu de Paz o Equilibrio, focalizadas a través de Maitreya, juegan un papel vital. Potentes y precisas, están cambiando la marea de odio e instintos de guerra que tanto inquietan a los habitantes de las naciones.

Las personas mismas están comenzando a desempeñar su papel. A través de las urnas y las manifestaciones están haciendo oír sus voces, haciendo conocer sus exigencias por la paz. Desde este punto no hay retorno. Las personas están percibiendo su poder y están llegando a comprender que ellas deben hacer la paz que todos desean, y que sólo cuando la justicia reine con la libertad la bendita paz estará asegurada.

Esta creciente comprensión preparará el terreno para el anticipado emerger de Maitreya.

Las formas del Nuevo Tiempo
Por el Maestro —, a través de Benjamin Creme

Share International, Mayo 2011


Sucesos recientes en Oriente Medio han llevado a la humanidad a enfrentarse cara a cara con varios problemas. Las potencias occidentales se han visto enredadas, principalmente en contra de su voluntad, en una guerra civil libia que no reconocieron como tal. Su principal preocupación era salvaguardar un flujo ininterrumpido de petróleo, cercano, en Libia. También querían ayudar al pueblo de Bengasi que se enfrentaba a una matanza por las fuerzas de un envejecido y quijotesco tirano, que había observado horrorizado el aparentemente exitoso derrocamiento por su propio pueblo de un poderoso tirano vecino.

Poco sabían las potencias occidentales que las pacíficas protestas del pueblo egipcio habían desembocado en Libia en una revolución armada sin la planificación, liderazgo y armas para asegurar el éxito.

Naciones Unidas aprobó un mandato para una zona de exclusión aérea pero debía haberla completado con una fuerza de pacificación de la ONU, deseablemente constituida por países árabes. La incapacidad de hacerlo ha precipitado la difícil situación actual para todos los involucrados.

Bajo el impacto de las poderosas energías ahora enfocadas por Maitreya y Su grupo, los pueblos de Oriente Medio están experimentando un gran despertar, y están exigiendo nuevas libertades y participación en la gestión de sus vidas. Tampoco están estas demandas confinadas a Oriente Medio. Cada vez más, las mismas demandas de participación y justicia están siendo oídas en todo el mundo. Los jóvenes en particular están percibiendo la necesidad de un nuevo tipo de mundo, uno que les permita desarrollarse y expresarse, libres de los viejos dogmas de sus mayores. Lo que estamos presenciando es nada más y nada menos que un renacimiento de los jóvenes de la Tierra, liberándose de la tiranía del odio y la guerra, la intolerancia y la separación. Nada puede durante mucho detener su progreso. Éste es el Nuevo Tiempo y los jóvenes están examinándose en la lucha por una nueva vida.

El viejo orden está profundamente arraigado y es difícil de superar. Los viejos tiranos en cada esfera de la vida son reacios a renunciar a su poder y riqueza, y luchan duramente contra la marea de cambio, pero luchan contra las energías y la voluntad de la Divinidad Misma, y deberán ceder a su debido tiempo. Un poder más grande del de todos los poderosos de esta Tierra reclama expresarse y nada puede impedir su manifestación. Es el camino del futuro, planificado desde el comienzo del mundo.

Nada puede detener su progreso y los jóvenes son sus heraldos. Escuchad atentamente a los jóvenes, ellos guardan el futuro de forma segura en sus corazones. No por nada fueron los jóvenes de la Plaza Tahrir los que se sentaron a los pies de Maitreya mientras Él les enseñaba las formas del futuro, las formas del Nuevo Tiempo, el Tiempo de la Paz, la Justicia y el Compartir, de la Libertad y el Amor.