Meditación de Transmisión — un método de servicio

El siguiente artículo es una trascripción de las charlas sobre Meditación de Transmisión impartidas por Benjamin Creme en Nagoya y Osaka, Japón, durante una gira de conferencias.

La meditación es, dependiendo del tipo de meditación, un método en mayor o menor grado científico de contactar con el alma, y de alinearse con el tiempo con el alma. Ese es el propósito básico de cualquier tipo de meditación.

La Meditación de Transmisión es una forma de servir al mundo. A diferencia de muchas otras formas de meditación, sólo atrae a aquellas personas que tienen un deseo de servir. Este deseo de servir se manifiesta en el individuo sólo cuando esa persona han logrado un cierto grado de contacto con su propia alma. Esto es así porque es el alma la que desea servir. La naturaleza del alma es servir.

La primera respuesta del contacto con el alma (tanto si se tiene en cuenta como si no) es un deseo de servir al mundo de alguna forma. La Meditación de Transmisión proporciona una forma sencilla y fácil de servicio muy poderoso al mundo que a la vez es un método extremadamente potente y rápido de crecimiento personal. Este resultado personal evolutivo es un efecto secundario del proceso de Meditación de Transmisión.

Los Maestros tienen a su disposición energías espirituales colosales. Una parte importante del trabajo de los Maestros es distribuir estas energías en el mundo para producir los efectos, el cumplimiento del Plan de Evolución que ellos saben que ha sido previsto para este planeta. Los Maestros son los custodios del Plan y los custodios de las energías que provocan el cumplimiento del Plan. Muchas de estas energías son de origen cósmico y si fuesen liberadas directamente al mundo, serían demasiado elevadas, y sencillamente rebotarían en la masa de la humanidad.

Los grupos de Meditación de Transmisión actúan como subestaciones. Los Maestros envían estas energías espirituales a través de los chakras de los individuos de los grupos. Esto transforma automáticamente las energías, haciéndolas más asequibles, más útiles para la humanidad. Los Maestros entonces dirigen estas energías al mundo allí donde sean necesarias.

Grupos de Transmisión en todo el mundo

Existen varios cientos de grupos de Transmisión en todo el mundo, y se reúnen regularmente a un hora y día específicos, cuando sea idóneo para los individuos del grupo. Esto puede ser una, dos o tres veces a la semana. Los grupos pueden constar desde 3 personas en adelante. Tres personas forman un triángulo. Ese es el grupo básico.

El grupo se reúne y pronuncia junto, en voz alta, la Gran Invocación, que fue dada a la humanidad con este propósito, Esta Invocación fue dada al mundo en 1945 por Maitreya para darnos una técnica para invocar las energías que transformarían el mundo y prepararían su venida. Al pronunciar este gran mantram con la atención enfocada en el centro ajna (entre las cejas), se forma un conducto entre el grupo y la Jerarquía de Maestros. A través de ese conducto los Maestros envían sus energías.

Estas fuerzas espirituales son precisamente las energías que están actualmente transformando al mundo. Maitreya llena el mundo con la energía del equilibrio, por ejemplo, y los líderes nacionales descubren que pueden trabajar juntos, pueden comprometerse, pueden llegar a cierto tipo de consenso, casi de la noche a la mañana. De pronto, naciones que han sido enemigas quizás durante siglos, descubren que pueden dialogar alrededor de una mesa, y solucionar sus problemas pacíficamente. Sencillamente están respondiendo correctamente a las energías que la Jerarquía de Maestros está enviando al mundo.

Una poderosa forma de servicio

Ese es el servicio que los grupos de Transmisión realizan para el mundo. Os permite avanzar del simple contacto con vuestra propia alma hacia una relación funcional con el Reino de las Almas, la Jerarquía Espiritual de Maestros.

No es posible trabajar así, que las energías pasen a través de los chakras, sin que los chakras mismos sean estimulados, galvanizados y transformados. Los Maestros miden el punto de evolución de cualquier discípulo individual por la cualidad de luz que emana de los chakras. Las personas hablan de auras: auras brillantes y auras apagadas, auras amplias y estrechas. Las auras son realmente la síntesis de todas las energías que emanan a través, dentro y fuera, de los chakras en la columna vertebral. Cuanto más activos y más estimulados estén estos chakras, mayor será la radiación, más amplia y brillante será el aura. Esto indica el grado del discípulo.

En la Meditación de Transmisión, vuestros chakras son estimulados de una forma que sería totalmente imposible de otra manera. En un año de Meditación de Transmisión consistente e intensiva, uno puede lograr el mismo tipo de avance que en 10 o 15 años de meditación personal. Es un invernadero, un proceso forzado. Por esta razón, no es para cualquier persona. Sólo aquellos que desean servir al mundo de alguna forma se interesarán por la Meditación de Transmisión, porque nada parece suceder durante la meditación. Uno puede ser consciente o no de las energías. Algunas personas perciben estas energías de forma muy clara y potente, algunas personas no las perciben para nada. Esto no tiene nada que ver con vuestro punto de evolución, sino, principalmente, con vuestro tipo específico de cuerpo físico.

Este trabajo, no obstante, produce cambios muy profundos en el individuo. La mayoría de personas, después de seis a doce meses de comenzar a practicar Meditación de Transmisión, perciben los cambios en ellas mismas, reconocen que se están convirtiendo en una persona diferente y mejor. Siente que pueden experimentar y demostrar amor con más facilidad. Descubren que sus mentes están más estimuladas y son más creativas. Encuentran que son más disciplinados, determinados y consistentes en su enfoque al trabajo. Las personas perciben que los miembros del grupo son más radiantes, bondadosos, amorosos, en una palabra, más espirituales.

Un gran número de personas recibe curación, espontáneamente, durante las transmisiones. La técnica es muy sencilla y es aplicable a cualquier personas mayor de 12 años. La Meditación de Transmisión no interfiere con ninguna otra forma de meditación que uno pueda realizar. Por el contrario, sólo puede potenciarla, hacer que cualquier otra meditación sea más valiosa.

Es completamente segura porque está en manos de los Maestros, los Maestros científicos del planeta. Es poderosa, segura y científica porque el trabajo real, el trabajo principal, lo realizan los Maestros mismos para vosotros. Todo lo que se nos pide que hagamos en una Meditación de Transmisión es mantener nuestra atención en el centro ajna en el entrecejo. Eso es todo.

Uno puede descubrir, sin embargo, que la atención no permanece en este centro. Cuando uno percibe que eso ha sucedido, se pronuncia, internamente, el mantram OM, o se piensa OM, y vuestra atención volverá automáticamente al centro ajna. Mantener la atención en el centro ajna produce un alineamiento entre el cerebro físico y el alma. Las energías son enviadas desde el nivel en el que habitualmente trabajan los Maestros: el nivel del alma (el nivel búdico, para ser precisos). Mientras se mantenga ese alineamiento, la transmisión tiene lugar.

Puedo aseguraros que no existe un servicio más potente que podáis hacer con tanta facilidad, con tan poco esfuerzo, para el mundo. Ni tampoco encontraréis una técnica de crecimiento personal tan potente, de tan gran alcance, por tan poco esfuerzo. Todos los Maestros, perfectos como lo son, invierten 24 horas al día en transmitir sus energías. No existe ser en el cosmos que no esté involucrado en la transmisión de energías de niveles superiores al suyo. Vivimos en un universo energético. Esa energía, de cualquier nivel superior, está siendo transmitida, reducida, recibida; transmitida, reducida y recibida, en todo el cosmos.

Si descubrís que la Meditación de Transmisión es para vosotros, entonces tenéis un modo de servicio que os servirá hasta el fin de vuestra vida y durante todas vuestras vidas futuras.