INTERÉS ECONÓMICO
Al igual que el totalitarismo político ha llegado mayoritariamente a su fin en todo el mundo, el totalitarismo económico que ha creado estas divisiones económicas globales también está a punto de caer, según Maitreya.
La comercialización de la sociedad, causada por una dependencia excesiva en las fuerzas del mercado, se ha vuelto generalizada en todo el mundo, creando el caos social y la degradación del medio ambiente. Maitreya llama a las fuerzas del mercado «las fuerzas del mal» porque separan una parte de la sociedad de la otra. Las fuerzas del mercado conducen a la codicia y la posesividad, dice Maitreya, y ayudan a unos pocos hacerse ricos a expensas de los muchos que se vuelven más pobres.
La comercialización en todo el mundo es parte de un patrón económico que resultará en la caída de las bolsas mundiales, que comenzará en Japón. Maitreya dice: «Esta burbuja debe estallar» — acabando con la injusticia y la degradación que acompañan, El dice, a la comercialización.
Cuando caigan las bolsas, las naciones se reunirán para discutir cómo afrontar el futuro de una forma ordenada. Las prioridades de todos los gobiernos cambiarán. La prioridad número uno será el suministro de alimentos adecuados a toda la gente; segundo, una provisión de vivienda adecuada para todas las personas; y tercero, el suministro de atención sanitaria y educación adecuadas para todos. Cuando ocurra el colapso económico, la humanidad, con la ayuda de Maitreya, empezará a reconocer su unidad, y la necesidad de cooperar y compartir los recursos del mundo.
Los pasos siguientes
La prioridad más alta será salvar a las millones de personas que mueren de hambre en el Tercer Mundo. Maitreya propondrá a las naciones que lanzen un programa de ayuda de urgencia a escala mundial para aliviar a los que sufren.
Cuando la humanidad comience a aceptar el principio de compartir, y pida a los gobiernos que pongan en práctica este principio, se pedirá a cada país que aparte, en beneficio del mundo, aquello que tenga en exceso de sus necesidades. Se invitará a cada país que realice un inventario de sus posesiones y sus necesidades. Estas estadísticas, introducidas en ordenadores, suministrarán a un organismo de las Naciones Unidas, creado para este propósito, la información necesaria para una redistribución racional de los recursos mundiales.
Los planes para tal programa — realizado por grandes economistas, financieros e industriales — existen desde hace mucho tiempo, esperando sólo la demanda de la humanidad para ser puestos en práctica. Una forma sofisticada de trueque reemplazará finalmente al sistema económico actual.