Las prioridades de Maitreya

Para ayudar a la humanidad en su tarea de transformación global, Maitreya el Instructor del Mundo ha formulado ciertas prioridades. Éstas cubren las necesidades esenciales de cada hombre, mujer y niño: un suministro adecuado de alimento; vivienda para todos; sanidad y educación como derechos universales. Otras prioridades importantes incluyen la restauración del medio ambiente y el establecimiento de la paz.

La clave para lograr estos objetivos es un compartir más equitativo de los alimentos y recursos del mundo. Según Maitreya: “Sin compartir no puede haber justicia; sin justicia no puede haber paz; sin paz no puede haber futuro”.

La humanidad en una encrucijada

La humanidad se encuentra en una encrucijada. Un sendero hacia el futuro lleva a más división social y económica, destrucción medioambiental, guerra y peligro planetario. El otro sendero conduce a una creciente armonía, a un equilibrio económico y medioambiental, y a una era dorada de paz.

Afortunadamente, en este punto crucial de la historia, tenemos entre nosotros a un grupo de extraordinarios instructores espirituales para ayudar a guiarnos a través del sendero de la paz. Pero nosotros debemos aceptar dispuestamente su orientación y actuar para resolver nuestros problemas globales más peligrosos.

Entre los más peligrosos está la creciente disparidad entre los ricos y los pobres del mundo. Como ejemplo:

  • El 1 por ciento más rico del mundo posee más del doble de la riqueza del 90 por ciento de la población. (Oxfam, 2020)
  • Aproximadamente 2.100 millones de personas carecen de acceso a agua potable en el hogar, y 4.500 millones de personas carecen de saneamiento seguro. (OMS, 2017)
  • Más de 820 millones de personas padecen hambre, lo que corresponde a aproximadamente una de cada nueve personas en el mundo. (FAO, 2019)
  • Más de 700 millones de personas, o el 10 por ciento de la población mundial, viven en la pobreza extrema y subsisten con menos de 1,90 dólares por día (ODS-ONU 2020)
  • Incluso en EEUU, 38,1 millones de personas vivían en la pobreza en 2018. (Censo de EEUU 2018)
  • Más de 265 millones de niños no asisten a la escuela, y 617 millones de jóvenes en todo el mundo carecen de alfabetización básica. (ODS-ONU 2020)
  • Se estima que cerca de 150 millones de personas, o alrededor del 2 por ciento de la población mundial, no tienen hogar. Alrededor de 1.600 millones, más del 20 por ciento de la población mundial, carece de una vivienda adecuada. (Universidad de Yale, 2017)

Esta creciente división entre ricos y pobres nos amenaza a todos, dado que el resultante crimen, malestar social, guerra civil, inmigración ilegal y degradación medioambiental no respeta fronteras nacionales o locales.

Consumo global

La codicia de unos pocos ha puesto en peligro el futuro del planeta. El consumo global de bienes y servicios, desproporcionado para el 20 por ciento más rico del planeta, superó los 24 billones de dólares en 1998, el doble que en 1975. El Informe sobre Desarrollo Humano de la ONU concluye que el “incontrolado crecimiento del consumo está creando una presión sin precedentes sobre el medio ambiente”. Este informe y otros citan la destrucción mundial de los bosques; el agotamiento de los caladeros y suministros de agua dulce; la contaminación del aire y el agua; el empobrecimiento de la capa superior del suelo; la desertización; la extinción de especies; un crecimiento espectacular de la quema de combustibles fósiles y las resultantes tendencias de calentamiento global. La lista de crecientes problemas medioambientales es casi inacabable.

Algunos de los sistema de sustentación de vida ya están casi en el “punto de no retorno”, según Brian Halwell de Worldwatch. “No podemos sustentar este nivel de consumo para siempre”.

Compartir es la respuesta

¿Qué podría llevar a la humanidad, especialmente a aquellos en el mundo desarrollado, a cambiar a un estilo de vida menos destructivo y más equitativo antes de que sea demasiado tarde?

El esquema ya está escrito en la pared, según el ex presidente de la Reserva Federal Alan Greenspan. “No es creíble que Estados Unidos pueda permanecer en un oasis de prosperidad, inmune a un mundo que está experimentando un gran y creciente estrés”, comenta. Pero el “estrés” de las fallidas economías de Asia y Rusia, y la creciente agitación en Latinoamérica y Europa del Este, no sólo afecta al oasis de Estados Unidos, sino que también al resto del mundo. La economía mundial está “hecha un lío”, afirma un veterano funcionario del Fondo Monetario Internacional (FMI).

Los esfuerzos de la Reserva Federal y del FMI de apuntalar la economía global empequeñecen a vista del simple tamaño del ‘casino global’ que ha contribuido a los problemas en primer lugar. Cerca de 1,5 billones de dólares en divisas cambian de manos electrónicamente cada día en busca de beneficios especulativos no relacionados con ningún intercambio de bienes y servicios reales. Este flujo de capital, cuando se marchó de países como Tailandia e Indonesia, ha causado graves privaciones económicas, que han afectado a todo el globo. Con Japón, la segunda mayor economía del mundo, ya en una profunda recesión, el panorama no es prometedor.

Cuando el “oasis de prosperidad” de EEUU comience a secarse, como lo hará en la actual crisis financiera global, las bolsas de Occidente se derrumbarán. Este colapso otorgará una oportunidad a los gobiernos para reevaluar sus prioridades económicas, comenta el futurista Benjamin Creme. Las naciones del mundo se reunirán para debatir sobre cómo abordar el futuro de forma ordenada.

Soluciones disponibles

Afortunadamente, las respuestas a estos problemas aparentemente intratables ya están disponibles.

Durante muchos años, Creme ha hablado y escrito sobre la presencia en el mundo actual de un grupo de grandes instructores espirituales, conocidos en Oriente como los Maestros de Sabiduría. A su cabeza está Maitreya, que, Creme dice, está aquí para inspirar a la humanidad a verse a sí misma como una familia interdependiente.

Maitreya nos ayudará a ver que los alimentos, materias primas y recursos energéticos y tecnológicos pertenecen a todos y deben compartirse equitativamente. Esos recursos, dice Maitreya, son dado por derecho divino para la sustentación de toda la humanidad, no para el uso y abuso de unos relativamente pocos. Él recomendará una reorganización de las prioridades económicas para que los alimentos, vivienda, educación y servicios sanitarios adecuados sean derechos universales.

Los pasos siguientes

La prioridad más inmediata será salvar a las millones de personas que ahora mueren de hambre en el mundo en desarrollo. Maitreya propondrá un programa de ayuda de choque a escala mundial para aliviar su sufrimiento.

Cuando la humanidad comience a aceptar el Principio de Compartir, y las personas exijan a sus gobiernos implementar este principio, cada país hará un inventario de sus bienes y necesidades. Estas estadísticas proporcionarán a un organismo de Naciones Unidas, creado para este propósito, con la información requerida para una redistribución racional de los recursos del mundo. Aquello que cada país tenga en exceso de sus necesidades se apartará, y dará en confianza al mundo.

Los planes para tal programa de redistribución, creado por economistas, financieros e industriales de gran éxito, ya existen, esperando sólo la demanda de la humanidad para su implementación. Una forma sofisticada de trueque, a escala global, con el tiempo reemplazará al actual sistema económico.

Habrá oposición a tales planes de algunos de los miembros más privilegiados de la sociedad que verán una pérdida de su status y poder tradicionales. Pero la necesidad de cambio será tan obvia que se encontrarán cada vez más impotentes de detener el impulso.

Otra importante prioridad será salvar, proteger y sanar el medio ambiente. Esto requerirá la creación de sistemas económicos basados en los principios de sostenibilidad y suficiencia, en vez del actual sistema de superproducción y despilfarro, afirma Creme. El objetivo es satisfacer las necesidades de todos mientras se mantienen la salud del planeta.

Con la transformación de las estructuras económicas, las personas de todo el mundo serán capaces, cada vez más, de llevar vidas decentes y dignas. La incidencia de familias numerosas disminuirá, especialmente en el mundo en desarrollo, donde principalmente es un seguro para la vejez. La población mundial gradualmente disminuirá a un nivel más natural.

La elección de la humanidad

El brillante futuro que aguarda a la humanidad depende de las decisiones que tomemos ahora. Maitreya y los Maestros nos aconsejarán y orientarán, pero el futuro descansa en nuestras manos.

Maitreya presentará a la humanidad con dos escenarios alternativos del futuro, o continuamos con las formas egoístas y codiciosas del pasado y nos destruimos, o aceptamos el Principio de Compartir y creamos una nueva y brillante civilización donde todos puedan participar como miembros plenos de la familia humana.

Maitreya no tiene duda sobre la elección que hará la humanidad. Él dice: “El éxito de Mi Misión depende de vosotros: debéis elegir – entre compartir y aprender a vivir en paz como hombres verdaderos, o perecer totalmente. Mi corazón Me indica vuestra respuesta, vuestra elección, y se alegra”.