POLÍTICA NO HABITUAL: LA FUERZA CRECIENTE DE LA VOZ DE LAS PERSONAS
Una entrevista de Share of the Air con Benjamin Creme por Monte Leach
Monte Leach: En los años recientes ciertamente hemos escuchado la voz de las personas, en su forma más espectacular en Europa Oriental y la antigua Unión Soviética. Pero al mismo tiempo la voz de las personas ha sido enmudecida en muchos lugares — Yugoslavia, Somalia, Liberia y Haití — donde el orden político y social se ha derrumbado. ¿Cómo interpretar estas tendencias aparentemente contradictorias, en los asuntos actuales del mundo?
Benjamin Creme: Todo lo que vemos es el resultado de nuestra reacción a grandes energías de origen principalmente cósmico que actúan sobre la humanidad. Estas energías provocan diferentes respuestas, y la humanidad no reacciona uniformemente a ellas. Cada uno de nosotros responde condicionado por nuestros propios y separados intereses, deseos y ambiciones, que pueden ser individuales y/o nacionalistas. De ahí surge la gran cantidad de movimientos nacionalistas y reivindicaciones étnicas que empiezan a destacar.
Considerados desde el punto de vista de Maitreya y de la Jerarquía Espiritual que El encabeza, estos movimientos y reivindicaciones son reacciones legítimas aunque distorsionadas a las energías que nos llegan. Las energías están engendrando un deseo de libertad que actualmente impregna al mundo. Este deseo se aplaude cuando produce la caída de regímenes políticos opresivos, como los de la Unión Soviética, China, Rumania, etc. Pero se condena, y con razón, cuando es instigador de atrocidades, fratricidio y guerra en la antigua Yugoslavia y otros lugares. Las mismas energías producen reacciones diferentes.
ML: Dadas estas nuevas influencias, ¿es correcto asumir que la tendencia política general en el mundo es positiva? ¿Estamos avanzando en la dirección correcta?
BC: A corto plazo no, pero a un plazo más largo, sí. Si no tuviéramos ayuda externa, la humanidad se encontraría en duros aprietos porque casi todo lo que hacemos — política, económica y socialmente — está mal encaminado. Nuestras acciones conducen inevitablemente al colapso de la actual civilización. Todas nuestras estructuras — políticas, económicas y sociales — están cada vez más basadas en la comercialización cuyos mediadores son las fuerzas del mercado. El principal dios del mundo actual es el mercado, es decir la competencia basada en la codicia. Este enfoque está llevando a la humanidad y a esta civilización al borde de la autodestrucción. Si no fuera por la presencia del Señor Maitreya y Su grupo de Maestros, yo temería un futuro muy desolador para la humanidad. Yo propongo un futuro muy positivo para nosotros, no porque seamos tan sabios, sino porque los Maestros son sabios.
ML: En el pasado muy reciente, con el final de la Guerra Fría, la situación política parecía tan positiva. ¿Qué ha sucedido?
BC: No se trata de la presión política; es la presión económica. Las principales divisiones en el mundo actual son económicas. Estamos presenciando el final de los tres grandes totalitarismos: político, económico y, finalmente, religioso. Hemos visto el comienzo de la agonía del totalitarismo político con la apertura de la antigua Unión Soviética por los programas de glasnost y perestroika del presidente Gorbachov (bajo, debo agregar, la inspiración del Señor Maitreya). Esto ha creado una situación completamente nueva en el mundo, y ha inspirado a otros grupos a emular tales gestos hacia la libertad. Este es el principio del fin del totalitarismo político.
El totalitarismo económico todavía domina el mundo. El principal exponente de este totalitarismo es el G7, las naciones industrializadas encabezadas por Estados Unidos. Los países desarrollados usurpan y codiciosamente malgastan tres cuartas partes de los alimentos del mundo y el 83 por ciento de los demás recursos. El mundo en vías de desarrollo, el así llamado Tercer Mundo, donde viven casi tres cuartas partes de la población mundial, debe arreglarse con un cuarto de los alimentos mundiales y el 17 por ciento de los demás recursos mundiales. No podemos esperar que tres cuartas partes de la población mundial se conformen para siempre con esa situación. Este desequilibrio económico está conduciendo al mundo al borde de la destrucción económica.
ML: Usted dice que la situación económica es la clave pero, ¿cómo se relaciona eso con las tendencias políticas que vemos en el mundo? Por ejemplo el señor Gorbachev ha hecho un llamado para crear un gobierno mundial bajo auspicios de las Naciones Unidas. ¿Piensa Usted que eso ocurrirá?
BC: Ciertamente veo un fortalecimiento de las Naciones Unidas, pero no un gobierno mundial bajo la jurisdicción de la ONU. Las naciones del mundo están demasiado separadas e son demasiado individualistas, demasiado gobernadas por sus cualidades particulares para trabajar juntas en un gobierno mundial. Pero veo a la ONU cada vez más como una cámara de debates, en la cual los problemas que surgen de tales diferencias pueden ser resueltos a través de la argumentación y el dabate, y ya no por las armas. También veo un fortalecimiento creciente de la ONU en cuanto a intervención en las diferentes pequeñas guerras locales que ocurren en el mundo — por ejemplo, en la antigua Yugoslavia.
ML: ¿Cree Usted que la ONU debería comprometerse más en los asuntos internos de países como Ruanda y la antigua Yugoslavia, para ayudar a detener el derramamiento de sangre, como se hizo en Somalia?
BC: Ciertamente sí. Creo que la ONU tiene un papel muy preciso que desempeñar. Estoy horrorizado y profundamente apenado de que la ONU y Europa se hayan quedado al margen y observado el fratricidio ocurrido en Bosnia. Las atrocidades podrían haber sido evitadas mediante una postura más positiva por parte de la ONU. Las Naciones Unidas y los europeos deberían haber estado presentes desde el comienzo, forzando a los serbios a mantenerse en su sitio y producir una solución pacífica a lo que son problemas muy reales — independencia, minorías étnicas, etc. Estos problemas deberían discutirse en el seno de la ONU. Ese es su papel. La ONU debe comprender esto y convertirlo en una realidad. Ha perdido realmente el tren en esta ocasión.
ML: En Share International fue mencionado que hay un cambio de poder en todo el mundo de los gobiernos centrales hacia formas de control local de los sistemas políticos. ¿Ve Usted que esto está ocurriendo en diversos lugares del mundo, y si es así, cómo coincide esto con la globalización de los problemas y la necesidad de enfoques globales para solucionarlos?
BC: Yo no diría que esto está ocurriendo, sino que es el ideal hacia el cual deberíamos movernos. El papel de los gobiernos es crear las condiciones para que las personas puedan vivir en paz, con suficiente alimentación, cobijo, educación, atención sanitaria, etc. No es el papel de los gobiernos imponer una ideología a la gente. Este ha sido el caso hasta ahora, tanto si la ideología era el comunismo, la democracia, el capitalismo o el fascismo. Ese tiempo ha pasado. Estamos presenciando el fin del adoctrinamiento y el totalitarismo político. La necesidad de las personas de libertad, autosuperación y autodeterminación, debe realizarse a nivel local a través de la participación en el gobierno local. La única forma en que las personas pueden influir en los sucesos de su vida a escala nacional, es influenciando al gobierno local. Se debe tener un nivel de gobierno en el cual las personas puedan participar realmente.
La mayoría de la gente en los así llamados países democráticos vota para elegir representantes locales y nacionales. Pero si las personas están realmente participando a un nivel local, sus necesidades pueden satisfacerse localmente. El gobierno nacional no debe interferir localmente. En esto los gobiernos más conservadores tienen la respuesta, en el sentido de que no desean involucrarse en la administración diaria de asuntos locales, al menos teóricamente. En la práctica, sucede lo contrario, por razones políticas. En el Reino Unido, nuestro actual gobierno conservador es el más centralizador que sin duda ha habido en este siglo; el gobierno local está completamente sujeto por el gobierno central en casi todos los aspectos. Casi no existe el gobierno local como tal, casi no hay participación. Sin participación no puede haber autodeterminación. Autodeterminación, autoexpresión para determinar cómo uno vive su propia vida, que es verdadera libertad, no existe de forma real en ninguna parte del mundo.
ML: ¿Será la participación la clave para los futuros tipos de estructuras políticas?
BC: Creo que es esencial. Sin ella no puede haber libertad. La libertad depende de la participación. No se necesitan sólo profesionales para dirigir un país. No se necesitan profesionales para dirigir asuntos locales. Las personas saben muy bien qué tipo de gobierno local necesitan en materia de vivienda, educación, atención sanitaria, etc. El papel del gobierno nacional es organizarse en relación a otras naciones, vigilar la defensa, los transportes y el bienestar general de la nación, y así crear las condiciones para que el gobierno local pueda progresar en la tarea de realizar el potencial de la gente localmente.
ML: ¿Ve Usted que se desarrollarán diferentes tipos de estructuras políticas en el futuro próximo para satisfacer las necesidades crecientes de las personas de autodeterminación, participación y libertad política?
BC: Hemos sido testigos del fin del comunismo impuesto a la gente. Yo no creo que el comunismo verdadero haya sido probado nunca; en la Unión Soviética tuvieron una forma de capitalismo de estado. Naturalmente el pueblo lo objetaba, porque veía a los jefes, la elite del Partido Comunista, una pequeña minoría, gozar de un nivel de vida que ningún otro tenía. La gente tenía envidia y quería ver el final de esto. Estaban en apuros, viviendo vidas monótonas y descoloridas, faltas de variedad. Se necesita tener color y variedad en la vida. No los tuvieron y no los tendrán tampoco bajo el régimen del señor Yeltsin. El está imponiendo ahora un programa basado en las fuerzas del mercado que ha fallado en Occidente.
En Occidente nos encontramos en medio de una crisis económica importante, que también se reflejará en la antigua Unión Soviética. Los rusos sienten ahora los dolores de una economía de fuerzas del mercado. Como las personas en todas partes, también ellos buscan la libertad para expresar su vitalidad, y no la están consiguiendo. No la conseguirán a través del capitalismo más que la obtuvieron mediante el comunismo. Vendrá por medio de una mezcla de lo mejor del capitalismo y del comunismo — una democracia social o un socialismo democrático donde lo que pertenece a la comunidad en su totalidad pertenece y es administrado por la comunidad en su totalidad, y lo que pertenece al individuo se dejará a la iniciativa privada del individuo, para que lo desarrolle lo mejor que pueda. No se trata de uno u otro; es una fusión de ambos.
ML: ¿Veremos llegar al poder a más no-políticos como Vaclav Havel? El era el dramaturgo que se convirtió en presidente de Checoslovaquia.
BC: Creo que deberíamos. Es precisamente de entre los políticos no profesionales que surgirán los dirigentes del pueblo. Las personas tienen recursos enormes sin explotar pero nunca se les ha dado la oportunidad de expresar este potencial. Si se crean las estructuras a nivel local para permitir a todos los tipos — artistas, escritores, amas de casa, profesores, ingenieros, dramaturgos, etc. — hablar por las personas en su totalidad, las necesidades de las personas serán expresadas. En los gobiernos parlamentarios, las leyes políticas y económicas establecidas permitirán la expresión de las necesidades de las personas a escala nacional. Se necesitan dos niveles de gobierno, local y nacional. Ambos son esenciales. Ninguno de ellos debe considerarse más importante que el otro.
ML: ¿Cuándo veremos una pausa en la tormenta de sucesos actuales?
BC: Estamos llegando a un momento de crisis. Muy pronto esa crisis alcanzará su cima, y veremos el desenlace. De esta tremenda manifestación crítica surgirá una nueva sociedad, una nueva vida para la humanidad, basada en ideas completamente nuevas y más espirituales.